Dicen los cubanos que jamás le cuentes a nadie como es el amanecer en el Valle de Viñales.
Aunque realmente es difícil mantener el secreto y no describirlo, ya que resulta casi imposible encontrar un lugar parecido en el mundo donde se fundan con tanta armonía los colores del horizonte con los de la tierra.
Por sus paisajes y el mágico hechizo que le rodea, el Valle de Viñales fue declarado en 1999 como Parque Nacional de Cuba y en diciembre de ese mismo año, Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO.
El Valle de Viñales está situado en la provincia de Pinar del Río, en la Sierra de los Órganos. Por la estrecha y sinuosa carretera que conduce a ese paradisíaco lugar de nuestra tierra cubana vamos disfrutando de una mezcla casi perfecta de los matices de verde de la entrada al Valle; y cuando arribamos, el cambio es sobrecogedor; la complicidad entre la naturaleza y el silencio hace que el visitante se sienta embrujado por una belleza natural majestuosa e incomparable, que se encuentra por todas partes.
Las típicas elevaciones montañosas, impresionantes y únicas en la Isla, llamadas mogotes, constituyen formaciones muy singulares; algunos de ellos llegan a medir centenares de metros de altura. Estos mogotes semejan una gran diversidad de formas.
Todo el Valle, rodeado de montañas, posee una de las las mejores tierras para el cultivo del tabaco cubano, que aún se realiza con técnicas agrícolas tradicionales. Los pinareños dicen que el cultivo mecanizado disminuye la calidad del tabaco. Las casas dispersas por todo el Valle, humanizan el paisaje y sirven de residencia a los cultivadores del mejor tabaco del mundo.
Levantarse para disfrutar la madrugada del Valle de Viñales o simplemente, esperar la llegada del amanecer, provoca una sensación de paz inigualable. El silencio contribuye a ese momento solemne y cuando el Sol va apareciendo con sus inigualables colores, el Valle se va como despertando y nos hace partícipes de un instante fascinante.
La Naturaleza dotó al Valle de Viñales de un privilegio indiscutible.
Respirando vida con ese amanecer, es que entendemos por qué sus pobladores quieren conservar el secreto y la magia de esta maravilla de la Naturaleza Cubana.
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